El golpe de Estado perpetrado en Chile el día 11 de septiembre de 1973 a manos del General Augusto Pinochet terminó con el gobierno del presidente Salvador Allende y su proyecto “la vía chilena al socialismo”. Del mismo modo, la democracia en el país se vio truncada, iniciando una dictadura que duraría diecisiete años. La violencia por parte del Estado fue horrorosa, Pinochet y sus partidarios comenzaron una persecución política hacia todas aquellas personas que habían participado o respaldado el gobierno de Allende, hacia aquellas que estuvieran contra su gobierno y hacia aquellas que se sintieran ligadas a las ideas de “izquierda”. Se llevaron a cabo injustificables detenciones, desapariciones, torturas, asesinatos y violaciones a los Derechos Humanos, en espacios públicos como también en campos de concentración que eran administrados por agentes del Estado.