La aparente imagen de Chile como un modelo económico exitoso con un escenario político calmo, que lo convertía en un oasis entre el caos latinoamericano, se derrumbó repentinamente con el estallido social de octubre de 2019. Las contradicciones del sistema explotaron, la figura del pueblo renació en el imaginario social desplazando a la renombrada clase media y temas de discusión relegados por décadas afloraron en las mesas de los hogares. El modelo neoliberal en cuestión, si bien ha manifestado de manera sostenida un crecimiento en los índices macroeconómicos, esconde por otro lado una impresionante brecha de desigualdad que entró en grave crisis.